Por Sarahí García Gómez, Presidenta de FUMEC-ALC y Dianet de la C. Martinez Valdés, Presidenta del MEC de Cuba
El final de Octubre nos invita a recordar el legado de los reformadores, hombres y mujeres que con sus anhelos y acciones de transformación, denunciaron los errores de la Iglesia en el siglo XVI y se proyectaron hacia nuevos nacimientos. Bajo esta inspiración se celebró la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias que tuvo lugar del 30 de octubre al 8 de noviembre. Iglesias de todos los continentes se congregaron en la bella ciudad de Busán, en Corea del Sur, para continuar denunciando las realidades de muerte y destrucción sobre la casa común; las amenazas y situaciones de guerra en países como Siria, Egipto, Israel y Palestina; el clamor de paz con justicia para países como Colombia y para toda la tierra habitada, en un contexto de desigualdad social, contaminación de las aguas y destrucción del medio ambiente, privatización y pobreza. Estos y otros fueron los temas que también permitieron expresar el compromiso y colorear la esperanza de Iglesias y organizaciones ecuménicas entre las cuales estuvimos como FUMEC protagonizando disimiles espacios de este magno encuentro.
Como antesala de la Asamblea tuvieron lugar las pre-asambleas de mujeres-hombres y jóvenes. En ellas, FUMEC alzó su voz profética y tuvo una participación activa en cada uno de los talleres y plenarios.
En el marco de la Asamblea, nuestra presencia continúo fortalecida en diversos escenarios. Entre los más sobresalientes debemos mencionar las conversaciones ecuménicas, notables una vez más en la Asamblea por los ricos debates, la toma de decisiones y declaraciones. En estas conversaciones, el tema de Eco Justicia fue muy bien asesorado y abordado por miembros de FUMEC. Se presentó el trabajo del Proyecto de Eco Justicia que nuestra organización ha desarrollado en los últimos años y como parte del mismo, la Muestra Itinerante del Agua de FUMEC-ALC que recoge las diferentes realidades que vive América Latina y el Caribe en relación al agua. Un taller sobre relaciones intergeneracionales fue organizado y presentado por representantes de FUMEC dándonos la posibilidad de colocar nuevas preguntas y respuestas en torno a este tema en el contexto ecuménico. La composición heterogénea de los participantes enriqueció el diálogo y desde contextos diferentes reflexionamos en torno a la importancia de reconocer el ciclo de la vida humana y de la vida de nuestras iglesias y organizaciones como un proceso de continuidad de sabidurías, aportes, energías, y no las etapas de la vida de manera separada y desconectada. Muy a propósito a nuestra práctica intergeneracional como familia FUMEC fue el ya tradicional encuentro con nuestros Seniors Friends, destacando además que como organización tenemos un pasado, un presente y un compromiso para seguir transformando nuestro mundo y luchando por la paz y la justicia. En esta celebración Seniors y jóvenes mequenses compartieron sus testimonios y expresamos el deseo de aunar esfuerzos en la preparación de nuestra próxima Asamblea General que esperamos tenga lugar en Bogotá, Colombia el próximo agosto.
También el Madang, que en el contexto coreano significa patio de encuentros, fue un lugar especial en el que a través de danzas y músicas folclóricas, presentaciones, videos, venta de souvenirs y otras iniciativas, cada miembro del cuerpo del CMI compartió su trabajo y expresó su compromiso para los años venideros en esa escucha eterna del llamado de Dios. FUMEC aprovechó además este espacio para visualizar las luchas de los movimientos locales, alzando la voz por el derecho a una educación gratuita y de calidad para todas y todos, la necesidad de poner fin a la discriminación y la violencia contra los Dalits en la India, la urgencia del cese de los conflictos y la restauración de la paz en Colombia y de reunificar las dos Coreas: norte y sur, el derecho a vivir en un mundo plural y multicultural respetando nuestras diversas identidades, etc.
Agradecemos a Dios la oportunidad de compartir nuestro trabajo y retroalimentarnos con las experiencias y las luchas de hermanas y hermanos de todo el mundo. ¡Que el Dios de la vida nos conduzca a la paz con justicia y nos permita anunciar la esperanza en este nuevo camino cargado de desafíos y compromisos!
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